lunes, 5 de noviembre de 2007

Antes de cambiar de empleo:

Antes de cambiar de empleo:

Asegúrese de que es la decisión más conveniente y de que le traerá cambios positivos


Si el salario es el principal motivo, pida un aumento antes de renunciar a su empleo


No comente sus planes con nadie hasta no estar completamente seguro de que abandonará la empresa


Su superior debe ser la primera persona en conocer sus planes de cambio


Informe a la compañía con la suficiente antelación


En la medida de lo posible, asegúrese de que alguien le puede reemplazar llegado el momento de partir


Manténgase en contacto con la antigua compañía y evite que se le cierren las puertas


Obtenga más información sobre su nueva empresa que la facilitada por ellos en la entrevista. Se puede llevar sorpresas.


Cerrado el acuerdo verbal con la nueva compañía, solicite la confirmación por escrito.



Para buscar el primer empleo

Plantéese un objetivo, pero sea realista: quizá no lo alcance. Además, con el paso del tiempo su propósito inicial puede variar.


Analice su nivel de formación y hasta dónde puede aspirar. Recuerde que habrá otras muchas personas en su misma situación.


Salvo brillantes excepciones, lo más habitual es comenzar desde abajo.


El primer empleo debe considerarse como un medio para adquirir experiencia para después aspirar a más.


Cuantos más intermediarios utilice, más posibilidades de encontrar empleo tendrá.


Averigüe y evalúe las tendencias del mercado de trabajo.


Mentalícese del esfuerzo y de la fortaleza psicológica que requerirá para buscar trabajo.


Si el método que utiliza no ofrece resultados, analice en qué puede estar fallando y use otros.


Asegúrese de que sus currículos llegan al destino adecuado. Llame a las empresas y pregunte el nombre del jefe de personal.

Buscar empleo. Amistades y conocidos, la vía más eficaz.

Alrededor del 10% de la población española, 4 millones de personas, busca trabajo en nuestro país. Esta cifra engloba a jóvenes que desean acceder a su primer empleo (472.000), a ocupados que cambiarían de trabajo por diversos motivos (un 32%, según un estudio del CIS de 1999), a parados ocasionales y de larga duración y a personas que tratan de incorporarse de nuevo al mercado profesional (como mujeres que, tras un periodo retiradas del ámbito profesional, tratan de volver a él).

Dentro de la búsqueda de empleo, la estrategia y los canales que habrá de utilizar quien busca su primer empleo serán bien distintos de los que se valdrá alguien que, por diversos motivos, desea cambiar de ocupación. También la formación del demandante condiciona y encauza el acceso al trabajo: un título universitario no garantiza el éxito, excepto en caso de licenciaturas relacionadas con las nuevas tecnologías, en pleno auge hoy. Uno de los problemas de la formación universitaria radica en su larga duración: las tendencias del mercado laboral incitan a los jóvenes a estudiar carreras universitarias que quizá queden obsoletas cuando las finalicen. Por el contrario, la hasta hace poco denostada Formación Profesional (FP) responde a las exigencias del mercado con más agilidad, y cuenta con la ventaja de que se ha reducido su duración (después de la ESO y de dos años de bachiller, se accede a un ciclo de dos años de FP tras el cual de puede desempeñar una profesión). En algunas comunidades autónomas hasta un 44% de los jóvenes se decanta por esta opción, que ofrece un índice de colocación muy elevado: 100% en la construcción, 94% en automoción, 93% en metal y 86% en agricultura y 86% en electricidad y electrónica.

Por todo ello, la búsqueda de trabajo debe tomarse como un proceso personalizado en el que cada situación (si se tiene o no experiencia laboral, la formación, las aspiraciones, la urgencia para encontrar empleo) requerirá una estrategia distinta y un uso diferente de los intermediarios. Empresas de trabajo temporal (ETT), agencias de colocación, servicios públicos de empleo como el INEM, Internet, anuncios de los medios de comunicación y el boca a boca son los principales intermediarios para buscar o cambiar de empleo.

Cada intermediario resulta más adecuado para encontrar trabajo en determinados sectores y los empleos hallados mediante ellos cada uno de ellos serán de distinta duración. Además, la búsqueda resulta más rápida con unos que con otros (las ocupaciones que ofrecen las ETT son, en comparación con otros intermediarios, menos estables, pero la colocación mediante ETT es mucho más rápida, sobre todo en el sector servicios).

Internet escala puestos en la lista de intermediarios, tal y como atestiguan las cifras: al menos el 8% de las empresas españolas utilizan los servicios de portales de empleo (frente al 2% que lo hacían en 1998) y contratan mediante estos portales al 6% de sus asalariados, y el 36% de los usuarios de la Red lo es también de estos servicios.

Pero si tuviéramos que citar el intermediario más efectivo para conseguir empleo, el boca a boca destaca entre todos: cerca de 70% de los trabajos se consiguen a través de la red de amistades y conocidos, en lo que tradicionalmente se denominaba enchufismo y hoy en día red de relaciones.

Las profesiones con mayor demanda de empleo son ahora, además de las relacionadas con las nuevas tecnologías, todas las vinculadas a la construcción, automoción, metal agricultura, comerciales, servicios, y las zonas en las que, según los expertos, habrá que buscar trabajo son Madrid, Cataluña y el arco mediterráneo. También las perspectivas resultan halagüeñas en Navarra, País Vasco y La Rioja. Andalucía subirá, asimismo, al tren de empleo, especialmente en el sector de las nuevas tecnologías.

Por último, cabe citar una alternativa laboral que gana adeptos cada día a pesar de que todavía no se ha popularizado suficientemente: el teletrabajo. Aunque en España tan sólo el 2,8% de los ocupados trabaja a distancia desde su casa, en Europa esta modalidad alcanza el 6% y las perspectivas de aumento son claras: más del 60% de los empleados tradicionales se muestra interesado en el teletrabajo para un futuro cercano.

De momento el teletrabajo no se asocia demasiado a empleos de calidad, sino más bien a la temporalidad. Además, la legislación española no lo ha regulado todavía, por lo que esta modalidad de trabajo se rige mediante la normativa laboral aplicada al trabajo tradicional.

Tampoco debemos olvidar el autoempleo, una opción para los más emprendedores y arriesgados, aunque las empresas creadas mediante esta fórmula presentan un elevado índice de mortalidad: cerca del 60% desaparecen antes de cinco años.

Establecer prioridades

El primer paso en la búsqueda de empleo consiste en autoexaminarse, analizar que podemos ofrecer y en definir qué aspectos se valorarán más en un trabajo. La proximidad geográfica, el salario, los beneficios sociales no monetarios, el ambiente de trabajo, las posibilidades de progreso, el interés de las tareas a desempeñar, la estabilidad del puesto, el prestigio de la empresa y el horario serán algunos de esos aspectos.

Se trata de uno de los momentos clave dentro del proceso de buscar trabajo, ya que otorgar más importancia a un criterio que a otro implica elegir entre un modelo de vida u otro. Si bien es cierto que todos aspiramos a un mínimo nivel de calidad de vida, también lo es que probablemente un salario más alto se obtendrá trabajando en puestos de mayor responsabilidad (a los que no todos podemos optar) y con horarios más exigentes, lo que redundará en un descenso del tiempo libre.

Trabajar lejos de casa puede obligar a un traslado de domicilio, con todo lo que ello implica. Y la tensión que genera un ambiente de trabajo desagradable será soportable para unos y enfermará a otros. Por ello, reflexionar sobre el modelo de vida que se prefiere resulta fundamental y recomendable tanto para quien busca su primer empleo como para quien desea cambiar a otro. Los que se encuentran en este segundo caso contarán con ventaja: la experiencia sobre cómo influye en su vida cada uno de los aspectos citados les facilitará la toma de la decisión.

Envío selectivo

Definidos los aspectos que más se valorarán de un empleo, se debe trazar la estrategia para dar con él. Se comenzará elaborando una lista de empresas que concuerdan con los aspectos considerados más relevantes. Un envío masivo de currículos resultará menos efectivo que un mailing selectivo a empresas que se ciñen más a los objetivos establecidos.

Si entre esos aspectos se sitúan por ejemplo, el salario, la proximidad geográfica y el ambiente de trabajo, la lista de empresas incluirá las que respondan a estos criterios. Pero las compañías escogidas se acercarán en diferente medida a esos aspectos (podemos topar con una muy próxima a nuestro domicilio que nos aportaría ingresos inferiores a otra más lejana pero a distancia razonable). Por ello, el listado de empresas que responden a nuestros objetivos básicos también habrá de clasificarse, según su grado de coincidencia con los aspectos primados.

Un consejo útil en esta fase es el de detectar los tres primeros criterios y evaluar sus consecuencias. Siguiendo el ejemplo anterior, un sueldo más elevado trabajando a más distancia de casa compensará a muchas personas, pero, para otras, la calidad de vida que conlleva el madrugar menos y regresar antes a casa será fundamental. En caso de duda, se pueden incluir criterios complementarios en la reflexión: un sueldo más bajo puede suplirse con las interesantes prestaciones socio-sanitarias que algunas empresas ofrecen a sus empleados.

Intermediarios: diferencias en resultados y en rapidez

Tras establecer los criterios que más se valoran en un empleo, llega el momento de utilizar los intermediarios del mercado de trabajo (el nexo entre los empleos y los candidatos) para contactar con las empresas que más se adecuan a nuestras aspiraciones. Cuantos más se utilicen, más posibilidades de éxito habrá.

ETT: empresas privadas que contratan personal y lo ponen a disposición de las empresas usuarias por un periodo de tiempo. Su mala imagen, está desapareciendo gracias a la Ley de Convergencia Salarial de agosto de 1999. Según esa normativa, los trabajadores contratados por una ETT deben recibir el mismo salario que los contratados directamente por la empresa usuaria. El principal mercado de estas empresas es el sector servicios, seguido de industria y construcción. Del 15% al 20% de las contrataciones laborales se realizan mediante las ETT, que constituyen un excelente canal de acceso para mujeres que han permanecido alejadas del mundo laboral durante un largo período de tiempo o jóvenes que aún no han accedido al mercado profesional y demandan dinero urgente o experiencia laboral. Esto se debe a la facilidad, rapidez y transitoriedad de los trabajos que ofrecen las ETT. No son el mejor modo de lograr trabajo estable, aunque después de varias experiencias a través de ETT uno de cada tres empleados se queda en la empresa usuaria.


Agencias de colocación: entidades que colaboran con los servicios públicos de empleo como intermediarios en el mercado laboral, para ayudar a los trabajadores a encontrar un puesto y a los empleadores a la contratación de trabajadores apropiados para satisfacer sus necesidades. Estas agencias, aunque no es lo habitual, pueden cobrar por sus servicios. Hay que inscribirse en ellas y esperar a que llamen con ofertas de empleo. No son adecuadas si urge encontrar trabajo, ya que ofrecen resultados a largo plazo. El 6% de las contrataciones laborales se consiguen mediante estas agencias.

Servicios Públicos de Empleo (SPE): instituciones públicas (INEM?) que actúan como intermediarios del mercado de trabajo y ofrecen a toda la población activa la posibilidad de beneficiarse de sus servicios (orientación al empleo, formación gratuita, fomento de la inserción laboral de sectores con dificultades para ello, servicios de asistencia al autoempleo?). La búsqueda de trabajo a través de los SPE es más apropiada para desempleados de larga duración, parados mayores de 45 años y otro tipo de sectores que revisten dificultad para su inserción. Los SPE no disponen de una gran oferta de empleos y tampoco ofrecen un alto porcentaje de colocación (8-10%).

Para utilizar los SPE hay que inscribirse en la oficina de empleo que por distrito postal corresponda. A pesar de la lentitud en la búsqueda y la escasa adaptación de las ofertas a las condiciones personales de formación, los SPE son un buen medio para obtener información, asesoramiento y ampliar contactos con el mercado laboral.

Internet: ofrece multitud de portales especializados en formación, asesoramiento y búsqueda de empleo. Todavía exigen grandes dosis de paciencia para insertar en los portales un currículo y para encontrar en ellos las ofertas que se adaptan al perfil del solicitante, pero mejoran día a día y han simplificado su uso. Prueba de ello es el espectacular aumento del porcentaje de los internautas que los visitan (un 2% los utilizaba en 1998, frente a un 36% actual) y que las empresas cada vez realizan más contrataciones mediante los portales de empleo (hasta un 6% de sus trabajadores). Ahorran tiempo y dinero tanto a solicitantes de trabajo como a empresas. El perfil del internauta que busca trabajo es un hombre o mujer de entre 20 y 34 años, de clase media-media y media-alta, con experiencia y elevada formación. Los puestos más buscados son informáticos, ingenieros industriales y empleados de los sectores de banca, hostelería y turismo. Al introducir en estos portales un currículo, es importante ser precisos y delimitar al máximo el perfil, por dos motivos: el primero, para no ver nuestra cuenta de correo inundada de ofertas inservibles, y el segundo, porque un currículo poco conciso es desechado cuando una empresa solicita un candidato con características muy completas.

Anuncios de empleo en prensa: sólo un 2% de los contratos laborales son fruto de las ofertas de empleo publicadas en prensa, aunque al menos mediante estos anuncios se observan las tendencias del mercado y cuáles son las profesiones más y menos demandadas. Las empresas valoran de forma muy negativa a quien contesta de forma compulsiva a las ofertas de empleo publicadas. Por ello, se han de leer cuidadosamente los anuncios y ver qué requisitos son excluyentes y cuáles no para el puesto, ya que raramente se cumplen todos (no es lo mismo "se valoran conocimientos de inglés" que "dominio de inglés). Si, analizada esta cuestión, el aspirante considera que cubre los requisitos fundamentales, es momento de preparar una buena carta de presentación, ajustada a la oferta y que le permita diferenciarse lo máximo posible de quienes contestan de forma compulsiva. Esta opción de buscar empleo permite que sea el candidato quien elija las ofertas que se adaptan a su perfil, condiciones y aspiraciones.

El boca a boca: es la red social de contactos personales. Lo que tradicionalmente se denominaba enchufismo hoy se conoce como red de relaciones o networking. Se trata de revisar nuestra agenda de contactos para ver quién puede recomendarnos para un puesto de trabajo o, al menos, allanarnos el camino de entrada a una empresa. Esta red se teje de manera espontánea y constituye el medio más rápido y eficaz de detectar un puesto de trabajo: hasta el 70% de los puestos de trabajo se encuentran a través de amistades o conocidos, y sirve tanto para dar con el primer empleo como para cambiar a otro. La red social debe cuidarse y fomentarse, hasta conseguir que se transforme en una cadena generadora de nuevos contactos. No resulta el método más eficaz para dar frutos de manera inmediata pero, sin lugar a dudas, es el medio más productivo a medio y largo plazo. Requiere un gran esfuerzo de orden y atenciones, pero merece la pena.

Consejos para la entrevista de trabajo

Una vez que has cumplido la tarea de buscar trabajo en la red y has inscrito tu CV en muchas bolsas o portales de empleo, los departamentos de recursos humanos de las empresas que se hayan suscrito en esos sitios van a empezar a llamarte. Llega entonces el momento de las entrevistas...¿Quién dijo que era fácil buscar trabajo?

La verdad es que hay gente que de nacimiento sabe desenvolverse muy bien en las entrevistas de trabajo y no necesitan ningún consejo, pero puede haber otras que necesiten unos cuantos consejos que hagan su entrevista de trabajo más fácil. Si eres uno de ellos aquí te dejo una serie de consejos que suelen ir bien a la hora de enfrentarse a una entrevista de trabajo:

ANTES DE LA ENTREVISTA DE TRABAJO


Prepara la entrevista, infórmate acerca de la empresa.

Conoce todo lo que puedas de la empresa en la que supuestamente es el trabajo.

Comprueba tu apariencia, sobre todo no des la nota!
DURANTE LA ENTREVISTA DE TRABAJO

Muestra entusiasmo por el trabajo, demuestrale al entrevistador que eres el perfil que están buscando, pero no le supliques.
No hables mal de las empresas en las que has trabajado, al revés, comenta todo lo que alli has aprendido, sacando siempre los aspectos positivos.
Demuestra confianza en ti mismo y tu valía.
DESPUÉS DE LA ENTREVISTA DE TRABAJO


Manda un email a la persona que te ha hecho la entrevista de trabajo, agradeciéndole su tiempo y mostrando de nuevo interés por el trabajo que ofertan.
Deja que el tiempo te coloque en tu sitio, si vales, vales.

Estos son algunos consejillos, pero sobre todo se tú mismo, no intentes aparentar lo que no eres, ni tampoco dejes que los nervios no te dejen sacar lo mejor de ti.

Otro consejo, que no tiene mucho que ver pero que está relacionado con las entrevistas pero sí con las búsquedas en la red. Echa tu CV en todas las bolsas de empleo que veas, quizás en la que menos te lo esperas está un empresa de selección de personal con el trabajo que tú quieres

Consejos Importantes al momento de Postular a un empleo

Sin lugar a dudas el encontrar un trabajo en la actualidad se ha vuelto un poco complicado. Sin embargo depende de

cada uno, el poder posicionarnos dentro de uno. Practicando ciertos comportamientos y actitudes.

A continuacion se muestra una lista de acciones que debes tener presente al momento de postular a un empleo.


Ser perseverante.
Precisar la motivación que nos lleva a buscar empleo.
Tener en cuenta las condiciones en las que estamos dispuestos a trabajar.
Ser consciente de las herramientas con las que cuenta para tentar un empleo.
Conocer sus fortalezas y déficit académicos.
Conocer sus fortalezas y déficit laborales.
Preparar con anticipación una autodescripción que incluya las características personales que más resaltan.
Disposición para sondear todas las vías de reclutamiento.
No limitarse a responder solamente a las ofertas de los diarios.
Analizar los avisos de los diarios.
Recordar que el currículum es su carta de presentación a la empresa.
Envíe fotografía que no llame la atención.
Alertar a sus ex jefes de que está teniéndolos en cuenta como referencias laborales.
Llegar a las entrevistas con 10 minutos de anticipación.
Caminar con confianza y extienda la mano al saludar.
Esperar si sentarse hasta que el entrevistador lo indique.
Tratar al interlocutor por el apellido. Nunca por su nombre de pila.
No hablar mal de un empleador pasado.
No buscar llamar la atención con vestimentas u accesorios.
No evidenciar problemas económicos.
Evitar estar a la defensiva.
No hablar con jergas o modismos.
Ser formal.
No brindar información reservada de la empresa donde trabajo.
Informarse sobre los salarios en el mercado laboral.
Evite hacer preguntas sobre el salario.
Trate de que el entrevistador le brinde una propuesta salarial a su debido tiempo.
Sólo sea enfático en sus intereses con respecto a salarios y beneficios sociales en la entrevista final.
No llamar por teléfono a la empresa para preguntar si ha sido seleccionado.

Premios para universitarios: una vía para encontrar empleo

Hace años que la carrera dejó de ser una garantía para encontrar trabajo. Hoy es casi un mínimo imprescindible al que hay que sumar un sinfín de «complementos»: idiomas, informática, cursos de especialización, habilidades sociales…

Los valores añadidos son la clave para tener más oportunidades que los demás a la hora de optar a un empleo. Uno de esos elementos diferenciales, aún poco conocido y utilizado por los universitarios, consiste en presentarse a los premios y concursos que convocan empresas, escuelas de negocios y asociaciones profesionales.

¿Qué objetivo persiguen esas organizaciones? Ganar imagen, conseguir prestigio y acercarse al mundo académico. Y, de paso, entrar en contacto con estudiantes universitarios que les aporten ideas y tengan ganas de trabajar. Es decir, jóvenes con el perfil que esas empresas buscan a la hora de contratar a un recién titulado.

En qué consisten

Hay diferentes modalidades de premios y concursos, dependiendo del tipo de convocatoria:

Premios y concursos generalistas. Se dirigen a universitarios de cualquier carrera, desde estudiantes de economía hasta alumnos de periodismo, biología o historia. Deben presentar un proyecto sobre un tema libre relacionado con el área de estudios que estén cursando.

Premios y concursos especializados. Sólo pueden optar a ellos los estudiantes de una determinada carrera o área de conocimiento, pero los hay de muchos ámbitos. El tema suelen determinarlo los organizadores.

Simuladores de empresa. Son una especie de juego informático que consiste en gestionar toda una compañía o alguno de sus departamentos. Los participantes parten de un supuesto inicial y han de conseguir unos objetivos: desde lanzar un producto al mercado hasta diseñar la expansión internacional de la empresa. El juego los conducirá a obtener mejores o peores resultados según las decisiones que vayan tomando.

Qué ventajas tiene participar

Si estás desarrollando un proyecto de fin de carrera y lo presentas a un premio, tendrás la oportunidad de que un jurado lo evalúe y hasta te comente sus puntos débiles y fuertes. Hay organizadores que incluso te orientarán para que lo desarrolles de la mejor manera posible. Si ganas o quedas finalista tendrás la confirmación de haber realizado un excelente trabajo.

Los premios para los ganadores merecen la pena: desde dinero en metálico hasta programas master o de postgrado y becas de prácticas en empresas de prestigio. Hay organizadores que ofrecen los tres premios juntos.


Aunque no ganes, el hecho de participar es muy enriquecedor. La experiencia práctica que se adquiere desarrollando un proyecto o participando en un concurso de simulación te será muy útil cuando te incorpores al mercado de trabajo.

Si participas con otras personas tendrás la posibilidad de poner en práctica una de las habilidades más demandadas en el mundo laboral: el trabajo en equipo.

Los premios y concursos sirven de «excusa» a muchas empresas para hacerse con una cantera de talentos a la que recurren cuando han de incorporar personal júnior. No sólo se fijan en los ganadores, sino también en los finalistas y en otros participantes.

Indicar en el currículum que has participado en un premio te abre puertas. Es un valor añadido que se tiene en cuenta a la hora de seleccionar a un candidato. Dice de ti que eres una persona con iniciativa, emprendedora y que no se ha conformado con aprobar la carrera sino que ha intentado ir más allá.

Empleo en el extranjero: cómo buscar, dónde y cuándo

En los últimos tiempos parece estar gestándose un mercado mundial de trabajo que no entiende de nacionalidades. ¿Qué hay que hacer para acceder a él?

Las webs de empleo con ofertas de trabajo en otros países son una forma rápida y directa de acceder al mercado de trabajo internacional. Pero existen otras vías:

• La Red Eures: Para trabajar en Europa, la mejor opción es acceder a la Red EURES, que conecta los servicios públicos de empleo en el extranjero para 18 países: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Suecia.

El mayor valor de esta red es un equipo de euroconsejeros formado por más de 500 profesionales. Se dedican a asesorar personalmente a los candidatos sobre la forma de dirigirse a la empresa que hace la oferta y le informan de los aspectos más relevantes del país de destino: coste de la vida, alojamiento, legislación e impuestos, modalidades de contratación, sistema de calificaciones profesionales, direcciones de interés…

En España hay euroconsejeros en todas las comunidades autónomas. Se les puede localizar de forma individualizada a través de la web http://europa.eu.int/eures/cgi/en/jv_search, que también permite consultar las más de 5.000 ofertas de empleo que constan actualmente en la base de datos de la red.

• Agencias especializadas: Gestionan estancias de trabajo en el extranjero para jóvenes, en algunos casos como complemento a los cursos de idiomas. Se encargan de buscar el puesto de trabajo y el alojamiento. Generalmente son empleos de poca cualificación.

Es conveniente informarnos sobre los servicios que ofrece la agencia y la asistencia que nos dará ante cualquier imprevisto. También debemos comprobar que su delegación en el país de destino está realmente cerca del lugar donde residiremos.

• Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales: Una ley de 1971 prohíbe el reclutamiento de trabajadores españoles para trabajar en el extranjero si no está autorizado expresamente por la Dirección General de Ordenación de las Migraciones, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Con la libre circulación de trabajadores en la Unión Europea, esta normativa ha quedado circunscrita en la práctica a los países de fuera de la UE, pero el desarrollo de Internet ha hecho que hoy sea casi imposible asegurar su cumplimiento. Esta ley pretende garantizar que las ofertas para trabajar en el extranjero cumplan unas condiciones mínimas de seriedad. Pero la Dirección General de Ordenación de las Migraciones ofrece más servicios:


Ofertas de trabajo en el extranjero que pueden consultarse en la página web del Ministerio (www.mtas.es), dentro del apartado "Migraciones".

Inscripción en la Base de Datos de Demandantes de Empleo en el Exterior (REDE) para estar permanentemente informado de nuevas ofertas.

Asesoramiento personalizado a las personas que lo soliciten (más información en el teléfono del Ministerio de Trabajo, el 915 352 000).

Las oportunidades más habituales

El mayor volumen de ofertas de trabajo en el extranjero se encuentra, sin duda, en el sector de turismo y hostelería, especialmente en los hoteles. La cultura de atención al cliente de los profesionales españoles es muy apreciada fuera de nuestras fronteras.

También hay oportunidades en administración y oficinas, ventas, sanidad, ingeniería, informática… Hay ofertas para todo tipo de profesionales y durante todo el año. La demanda de comerciales para empresas francesas o de personal de atención al cliente para call centers en Holanda e Irlanda son sólo algunos ejemplos recientes.

La mayoría de las ofertas de trabajo en otros países no son para puestos eventuales, sino que contemplan contratos de más de seis meses.

Cómo ha de ser el contacto con la empresa

Aunque el trabajador cuente con el asesoramiento de expertos, siempre hay un momento en que debe contactar directamente con la empresa y hacer valer su candidatura. Las primeras entrevistas suelen hacerse por teléfono, y representan una auténtica prueba de fuego para los conocimientos de idiomas del candidato.

Los especialistas advierten que un nivel de inglés que en España consideramos elevado -como es el caso del First Certificate- se considera sólo un nivel medio en otros países de la UE.

Otro aspecto importante es la redacción del currículum. Obviamente, ha de estar en el idioma de la empresa que lo va a recibir. Pero, sobre todo, conviene tener en cuenta que la persona que lo reciba no comparte nuestro universo de referencias: una compañía o un centro de formación superior importantes en España pueden ser totalmente desconocidos en otro país.

El recurso de las empresas de selección

Enviar el CV a una consultoría es una de las estrategias más conocidas para tener acceso a muchas ofertas a la vez. Vale la pena probarlo: los profesionales de la selección aseguran que muchas vacantes se cubren con candidatos que alguna vez se pusieron en contacto con ellos espontáneamente.

Una empresa de selección recibe centenares de CV al día. La mayoría llegan como respuesta a una demanda de empleo, pero siempre hay alguien que toma la iniciativa por su cuenta y decide difundir su candidatura sin esperar a la oferta ideal.

¿Sabes qué pasa exactamente con esos CV?:

Primero, los consultores de la empresa los leen atentamente
Si en ese momento están buscando personal con las características del remitente del CV, lo incorporan al proceso. Quizás el candidato no haya visto esa oferta en los medios de comunicación, pero ahora tiene las mismas oportunidades que otra persona que conteste expresamente al anuncio.

Si el CV no se ajusta a ningún proceso o queda finalmente descartado, entra a formar parte de la base de datos de la empresa.

La aventura no acaba aquí: estos archivos son como una gigantesca biblioteca de candidaturas que se consulta cada vez que se inicia un nuevo proceso de selección. Así que las posibilidades se mantienen... mientras el CV continúe vigente.

Y es que existe una fecha de caducidad: seis meses, un año, dos, cinco... El tiempo depende del perfil. Los profesionales de mediana edad con una trayectoria estable tienen más valor para la base de datos que los jóvenes entre 18 y 22 años sin experiencia laboral.

Por ejemplo, el CV de un director de marketing que ha trabajado en diferentes empresas permanece activo más tiempo porque, al cabo de varios años, es casi seguro que esa persona seguirá relacionada con el marketing. En cambio, el CV de un recién licenciado puede cambiar radicalmente en seis meses y transformarse en un perfil completamente diferente.

Como solución, las consultoras recomiendan reenviar el CV periódicamente y comunicar los cambios de trabajo o de dirección.

Un último apunte: da igual que se haga llegar el CV por correo tradicional o por e-mail. La informática permite archivar y conservar los mensajes electrónicos tan bien como las cartas de papel. Además, resultan más rápidos y baratos.

Cómo interpretar una oferta de trabajo

Una lectura atenta de los anuncios te ayudará a discriminar las ofertas y agilizará tu búsqueda. Aquí tienes algunos consejos:

Indican seriedad:

Una información lo más detallada posible (datos de la empresa, qué ofrece y qué perfil requiere).

La ubicación preferente en el periódico o en la home de una web.
El tamaño del anuncio: Las empresas importantes tienen más presupuesto para la difusión de sus ofertas y por eso intentan destacarlas al máximo. Pero esto no significa que las ofertas de tamaño reducido no sean de fiar.

Si el anuncio lleva el logo de la empresa, podrás buscar información sobre sus características para adaptar tu currículum y redactar la carta. En Internet suelen ser links directos a las ofertas.

El hecho de no llevar logo no implica menos seriedad: a veces la empresa no quiere alertar a sus competidores sobre las incorporaciones de personal que está llevando a cabo.

Cuando el logo corresponde a una consultoría de recursos humanos, significa que la empresa ha encargado el proceso de selección a un equipo de expertos externos.
Los anuncios de oferta pública de empleo suelen corresponder a centros que preparan las oposiciones.

Si lo que se resalta es un sueldo alto sin especificar el tipo de tarea, suele tratarse de trabajo sumergido o piramidal.

Los clasificados son ofertas de puestos de trabajo que a menudo requieren poca cualificación y muchas veces se realizan a domicilio (clases particulares, limpieza, cuidado de niños, pequeñas reparaciones…). Por lo general, son empleos sin contrato y remunerados por horas. Pueden interesar a estudiantes y personas que desean obtener unos ingresos extra.

Bolsa de trabajo: fuente de empleo

Las bolsas de trabajo son desde hace años una de las principales fuentes a las que recurrir para encontrar empleo. Con el paso del tiempo su efectividad ha ido creciendo, ya que poco a poco se han profesionalizado y hoy son mucho más que un punto de encuentro entre ofertas y demandas.

La mayoría proporcionan además orientación profesional: asesoran sobre la búsqueda de trabajo e informan sobre salidas laborales y formación complementaria para mejorar el currículum.

Algunas disponen incluso de un espacio en los webs de las organizaciones que las acogen, de forma que pueden prestar buena parte de sus servicios a través de Internet: desde colgar ofertas de empleo hasta responder consultas por e-mail.

Bolsas de trabajo de escuelas y gremios

Los centros de estudios fueron de los primeros en crear bolsas de trabajo y hoy es raro encontrar alguno que no disponga de ellas. De hecho, para muchos son una buena baza a la hora de captar alumnos, ya que les ofrecen la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo.

Las bolsas de trabajo más profesionales disponen de una o dos personas a tiempo completo que se dedican a contactar con empresas y poner a su disposición a los alumnos del centro para realizar prácticas de trabajo o cubrir posibles vacantes.

Paralelamente, estudian los currículums de los estudiantes e incluso se entrevistan con algunos de ellos y les pasan pruebas psicotécnicas para conocer a fondo su perfil y poder enviarlos a las empresas con la garantía de que son profesionales que se adecúan a los puestos a cubrir.

De entre las diferentes bolsas de trabajo que hay en los centros de estudios destacan las de:

Las escuelas de negocios. Suelen gestionar ofertas de PYMES, pero sobre todo de grandes empresas y multinacionales para cubrir posiciones de assisstant, cargos intermedios y puestos directivos, ya que muchas organizaciones acuden a esas bolsas en busca de recién titulados que acaban de cursar un postgrado y de profesionales que están estudiando un master especializado o un MBA.

Las bolsas de trabajo de las escuelas de negocios gestionan ofertas de empleo que a menudo no se canalizan a través de ningún otro medio, entre otras razones porque las escuelas son un referente para los directivos que han pasado por sus aulas, de modo que cuando necesitan contratar a un profesional suelen acudir a ellas.

Las universidades. En la mayoría de CC.AA. disponen de los llamados COIE, que reciben otros nombres según la región, pero que en el fondo tienen la misma finalidad: orientar a los universitarios sobre el mercado laboral y gestionar prácticas a través de convenios de cooperación educativa y ofertas de trabajo. Los COIE, Centros de Orientación e Información de Empleo, son también un buen punto de encuentro para entrar en contacto con organismos e instituciones que convocan becas y premios.


Centros de estudios en general. Las escuelas de FP y los centros que imparten estudios no reglados también disponen de bolsas de trabajo muy activas, ya que las empresas acuden a ellas para hacer cantera de jóvenes con formación especializada en un oficio.

Diez buenas ideas para encontrar empleo

Desde que el ciclo económico que atravesamos entró en su fase de descenso, buscar trabajo se ha convertido para muchos en un auténtico calvario. A pesar de ello, siempre existen ofertas de empleo que cubrir y oportunidades de negocio por explotar.

Y los expertos en selección son optimistas, aseguran que en los meses de septiembre y octubre se va a notar un considerable aumento de la oferta de empleo.

El siguiente decálogo de buenas prácticas puede servirte de punto de partida para tener éxito en la búsqueda de trabajo.
Conócete a ti mismo. Analiza tu trayectoria formativa y profesional y haz un listado detallado de tus conocimientos, experiencia, logros y habilidades. Son tu carta de presentación en el mercado, tu definición como «producto», que en función de su «atractivo» y de la ley de la oferta y la demanda va a tener más o menos posibilidades de interesar a las empresas. Si optas por el autoempleo, conocer tus puntos fuertes y débiles también te será útil.
Define tu objetivo profesional. Reflexiona sobre el tipo de trabajo que te gustaría realizar teniendo en cuenta tu formación, experiencia, habilidades y preferencias. Tómate tiempo: analiza a fondo qué no te gusta hacer y con qué disfrutas trabajando.

Si no posees la cualificación adecuada para acceder a tu «empleo ideal» márcate un objetivo realista a corto plazo y empieza a trazar tu estrategia para alcanzar tu objetivo final más adelante. Da un primer paso, sino serán otros quienes decidan cómo va a ser tu carrera.

Si crees que necesitas ayuda para definir tu proyecto puedes acudir a un centro de orientación profesional. Un equipo de psicólogos estudiarán tu perfil a través de tests psicotécnicos y entrevistas en profundidad y te orientarán sobre tus opciones. Algunas CC.AA. ofrecen este servicio de forma gratuita.
Indaga para hacerte con una base de fuentes de empleo lo más amplia posible. No te conformes con consultar las ofertas de empleo de la prensa, recurre también a webs de empleo y a las bolsas de empleo de los centros donde hayas estudiado y a las del gremio o colegio profesional de tu especialidad; localiza listados de empresas (a través de internet, cámaras de comercio, anuarios, etc.) para enviarles tu currículum, sin olvidarte de las compañías de la competencia de tu sector a las que podría interesarles tu perfil.
Utiliza tu red de contactos personales. Un 75% de los puestos de trabajo que ofrecen las empresas no llegan nunca a anunciarse, se cubren a través de amigos y conocidos.

Da voces sobre todo entre las personas que sepas que por su situación profesional pueden conocer ofertas de empleo, proporcionarte información interesante de empresas y del mercado laboral y ponerte en contacto con personas bien situadas para acercarte a empleos concretos.

Se calcula que una persona adulta tiene una red de contactos directa e indirecta de entre 1.500 y 3.000 contactos, aunque muchos de ellos están inactivos.
Estudia a fondo las ofertas de empleo en las que estás interesado. No hagas un currículum genérico, adáptalo a cada caso concreto. Observa además qué requisitos aparecen en la mayoría de ofertas de empleo para ver cuáles cumples y cuáles no. Ello te dará una idea de las carencias de formación o experiencia que te impiden acceder a según qué puestos, y te ayudará a redefinir tu estrategia de búsqueda de empleo.
Lleva una agenda de tus pasos en la búsqueda de empleo. Realizarás muchas acciones. Lo mejor para no olvidarte de ninguna de ellas y hacer balance del proceso es ir anotándolas.
Prepara las entrevistas de trabajo. Apréndete el currículum para hablar con soltura de él y contestar con seguridad a las preguntas que te hagan sobre tu trayectoria académica y profesional.

Piensa también en cómo contestar a cuestiones espinosas del tipo: por qué se rompió la relación con su anterior empresa o cuáles considera que son sus puntos débiles como profesional.

Acude a la cita puntual y viste de acuerdo con la ropa que corresponde al puesto que ofrece la empresa. Muestra interés por él e intenta transmitir al entrevistador que eres la persona adecuada para cubrir la plaza destacando los aspectos de tu currículum y las habilidades y cualidades que te convierten en la persona idónea para el puesto.
Reflexiona sobre cómo ha ido la entrevista, y si la empresa no se pone en contacto contigo en unos días llama para interesarte por el estado de tu candidatura.
Si pasan los meses y no encuentras empleo, analiza la estrategia que has seguido para revisar si tiene alguna «fisura».
No olvides la opción del autoempleo si eres emprendedor o si por tu perfil tienes dificultades para encontrar empleo. Un profesional válido no necesita que otros lo contraten, puede optar por trabajar por cuenta propia.

El arte de saber venderse

El marketing personal no tiene grandes secretos: consiste en estudiar los puntos fuertes y débiles que poseemos para saber explotar los primeros y corregir los segundos.

El primer paso para preparar la estrategia en la búsqueda de empleo es mirar hacia dentro, sólo hace falta dedicar cierto tiempo a observarnos, a reflexionar sobre nosotros mismos, algo muy sencillo, pero que pocas veces hacemos.

El segundo paso es mirar hacia fuera. Observar el entorno se concreta en situaciones como la entrevista de trabajo. Durante ella puede sernos de gran ayuda:
La escucha activa. Hay que estar muy atentos a lo que pregunta el entrevistador y aprender a interpretarlo. Hay que intentar averiguar a través de sus palabras qué espera de nosotros y qué tipo de profesional está buscando exactamente.

Algunos candidatos no son capaces de reflexionar sobre estos aspectos porque mientras el entrevistador les pregunta no le escuchan activamente pues se distraen pensando en lo que van a contestar.


El análisis del ‘metamodelo’ de lenguaje. Consiste en observar cómo se expresa el entrevistador: qué palabras utiliza y en qué tono de voz, cómo gesticula, en qué ideas insiste, qué tipo de preguntas hace o cómo va vestido.

Todo esto nos puede ayudar a averiguar en qué focaliza su interés: en que cumplamos con los objetivos económicos de la empresa, en hacer bien el trabajo, en cuidar el trato al cliente...

La técnica del acompasamiento. Se centra en observar para imitar, pero sin que resulte burlesco. No se trata de que nos convirtamos en un clon del entrevistador, sino de que nos alineemos con su estilo de comunicación para facilitar el diálogo: hablar en su mismo tono y utilizar un registro similar al suyo.

Observar el entorno. La ubicación y la decoración de la oficina de la empresa que ofrece el empleo, el aspecto de las personas que trabajan en ella, las revistas que hay en la sala de espera... Son detalles, pequeñas pistas que nos pueden dar indicios sobre cómo es la compañía, pero sacar conclusiones precipitadas sería un error.

Prácticas de trabajo en las empresas: puente al primer empleo

Años atrás, al incorporar un universitario en plantilla, las empresas valoraban muy positivamente que hubiera realizado prácticas de trabajo durante la carrera. Hoy no sólo lo valoran sino que lo esperan.

Las prácticas marcan diferencias, son casi un requisito imprescindible para acceder al primer empleo. Hace diez o quince años no se exigían, pero entonces las oportunidades de realizarlas eran menores. Ahora existen muchas más posibilidades, por eso si un universitario no ha tenido contacto con el mercado laboral la empresa puede interpretar que se trata de una persona poco activa o escasamente motivada por su desarrollo profesional.

Cómo se gestionan

En los últimos años las universidades españolas han realizado un considerable esfuerzo para ofrecer prácticas de trabajo a la mayoría de sus estudiantes y han desarrollado servicios orientados a gestionarlas.

Su misión consiste en canalizar las ofertas de prácticas que les envían las empresas espontáneamente y al mismo tiempo localizar ‘plazas’ de forma activa contactando con otras empresas. Para cada petición buscan en su base de datos a los estudiantes interesados en realizar prácticas que reúnen el perfil de la oferta.

Como el número de candidatos suele ser elevado es habitual que la universidad realice pruebas de selección o preselección y que las empresas se entrevisten con los finalistas.

Una vez se incorporan a su puesto de becarios hay un tutor de la empresa que hace el seguimiento. Por parte de la universidad los tutores son profesores de la facultad correspondiente que han sido designados para esa labor. Al final de las prácticas se realiza una evaluación a partir de un informe que facilita la empresa y de la valoración que hace la facultad.

Este tipo de prácticas son voluntarias y forman parte de lo que se conoce como Convenios de Cooperación Educativa, pero también existen prácticas obligatorias, las «curriculares». Se las llama así porque forman parte del plan de estudios de algunas carreras y van ligadas a una asignatura. Se crearon en 1992 y desde entonces se han ido incorporando progresivamente a muchas titulaciones.

Prácticas para todos

La recepción y la búsqueda de prácticas por parte de las universidades, unidas al apoyo que han recibido de entidades como las cámaras de comercio, han hecho posible que el volumen de plazas haya crecido mucho en poco tiempo.

Las prácticas de trabajo universitarias son, sin duda, un puente hacia el primer empleo, pero para sacarles jugo hay que aprovecharlas al máximo. Hay que actuar con mucha profesionalidad, ser responsable y respetar la confidencialidad de la empresa; estar dispuesto a aprender, tener la mente muy abierta y colaborar en todo.

Orientación profesional para lograr un empleo a medida

El mercado laboral es hoy dinámico y cambiante, bien distinto de hace treinta años cuando el empleo era para toda la vida y la máxima aspiración de la mayoría de profesionales era trabajar en una «buena empresa» hasta alcanzar la jubilación.

La nueva realidad, unida al creciente deseo de las personas de obtener algo más que un sueldo a cambio de su trabajo, hace que la orientación profesional sea una herramienta de gran eficacia para que cada individuo consiga el empleo que mejor encaja con sus expectativas, su tipo de personalidad y su «mochila» de conocimientos y experiencia.

En qué consiste

Es un servicio al que las personas en paro pueden acceder gratuitamente a través de las consejerías de empleo de las comunidades autónomas o bien contratándolo de forma privada, tanto si están desempleadas como en activo. En ambos casos el objetivo de la orientación profesional es asesorar de forma individualizada acerca de las opciones de empleo.

El servicio lo prestan gabinetes donde trabajan profesionales especializados, la mayoría psicólogos del área de recursos humanos, y aunque cada CC.AA. y cada centro tienen sus propias directrices, en líneas generales el proceso consta de estas fases:

Entrevistas en profundidad. Se realizan para entrar en contacto con la persona y conocer su trayectoria formativa y profesional, sus motivaciones, posibles lagunas de empleabilidad, expectativas laborales, etc.

Tests de aptitudes y personalidad y otras pruebas. Sirven para conocer, entre otros, la inteligencia de la persona (aptitud verbal, numérica, de razonamiento abstracto, etc.) y sus rasgos de personalidad (creatividad, sociabilidad, dominancia, emotividad, egocentrismo, ...).

Diagnóstico diferencial. El experto coteja los resultados de las entrevistas en profundidad y de las pruebas y extrae conclusiones sobre la persona y su relación con el trabajo. Por ejemplo acerca de su capacidad de liderazgo, trabajo en equipo, resistencia a la presión, autocontrol, capacidad de aprendizaje, compromiso, etc. Si lo considera necesario prepara una segunda entrevista o una batería de pruebas acerca de un aspecto concreto sobre el que cree oportuno recabar más información.
Asesoramiento. A partir de todos los datos recogidos se orienta al individuo hacia el tipo de empleos que mejor encajan con él y tienen salida en el mercado laboral, si es necesario se le recomienda que mejore su formación y se le orienta sobre la forma de buscar trabajo. A los seis meses se realiza otra entrevista para ver si la persona ha logrado sus objetivos y en caso contrario se revisa la estrategia que ha seguido.

El proceso de orientación profesional suele durar en total entre 8 y 20 horas y su precio oscila entre 150 y 400 euros.

Beneficios psicológicos

La mayoría de personas que se someten a una orientación profesional se sienten satisfechas con los resultados. «Sobre todo porque es una herramienta para el conocimiento de uno mismo. A través de las pruebas la persona ve en qué aspectos es especialmente válida y eso le sirve para buscar la aplicación de sus puntos fuertes en el mercado laboral y orientar la búsqueda de empleo», asegura Mercè Garau, directora de Sèpal, Servicios de Psicología Aplicada y de Laboratorio.

En opinión de José Julio Hernández, director de la consultora Seforlab, «la orientación profesional aporta sobre todo tranquilidad y claridad para tomar decisiones».

Además permite detectar anomalías, como situaciones de mobbing o incluso malos tratos, de los que la persona a veces no es consciente, y que es preciso tratar para que pueda afrontar la búsqueda de trabajo con normalidad.

«En casos de ese tipo nosotros intervenimos utilizando, por una parte la hipnosis, para lograr que esos problemas afloren, y por otra el biofeedback», explica Antonia Ferrer, directora de COPSA.

El biofeedback está centrado en los métodos de tratamiento clásico de la psicología. Aporta información sobre las personas por medio de instrumentos externos como por ejemplo un ordenador. En una sesión típica se conecta a los pacientes a un instrumento de biofeedback con los sensores colocados en la superficie de la piel en varias localizaciones del cuerpo, generalmente los dedos.

Esto permite conocer su estado emocional en reposo y también cuando se les habla de aspectos del trabajo que les afectan. El aparato detecta la alteración y la persona la observa en el ordenador. Así toma conciencia. «Entonces le pedimos que aplique unas técnicas que le hemos enseñado previamente para reducir la carga emocional y si lo hace correctamente el ordenador lo refleja», explica Ferrer.

A quién le interesa

La orientación profesional debería llevarse a cabo por primera vez en la etapa escolar para ayudar a los jóvenes que acaban la ESO a elegir estudios. Y también convendría realizarla al terminar una carrera u otros estudios para afrontar con éxito el acceso al primer empleo.

La consultora Factor Placement Internacional, con una larga experiencia en orientación de carreras para profesionales a través del Programa Activo de Reorientación (PAR), ha puesto en marcha el Programa Activo de Colocación (PAC), dirigido exclusivamente a recién graduados. Su finalidad es proporcionarles los conocimientos de sí mismos, estratégicos y del entorno empresarial, necesarios para encontrar un trabajo acorde con su preparación y objetivos.

Pero la orientación no debería acabar ahí. «Convendría llevarla a cabo siempre que uno se sienta insatisfecho con su situación laboral. «De la misma forma que cada cierto tiempo te haces un chequeo médico, también deberíamos reflexionar sobre nuestra carrera, y no caer en la miopía de no ver más allá», aconseja José Arnó, director de la consultora ANÀLISI-NIC, y coautor de «Chequeando la carrera profesional», que acaba de publicar junto a Eva Tortras. «Porque si uno no está satisfecho con su trabajo al final tiene la sensación de fracaso laboral», puntualiza Antonia Ferrer, «y eso con el tiempo pasa factura».

Los contactos y la búsqueda de empleo

Si estás cansado de seguir los circuitos habituales para buscar trabajo y prefieres abordar la búsqueda de empleo con nuevas estrategias, lo mejor es que crees tu propia red de contactos. Esta vía recibe el nombre de networking y quienes buscan trabajo no suelen utilizarla habitualmente, aunque es uno de los medios más efectivos. El networking puede proporcionar grandes oportunidades de empleo porque, según la mayoría de expertos, los contactos son uno de los mejores caminos para encontrar trabajo.

En realidad, sólo se ofertan en los anuncios de empleo un número limitado de los puestos que están vacantes. Naturalmente, el número de contactos va aumentando con el tiempo, cuanta más gente conozcamos, más entradas tendremos en nuestra agenda. El empleo de este sistema nos permitirá entrar en contacto con algunas personas que habrán pasado por una situación similar a la nuestra, ellas nos darán consejos útiles sobre la mejor forma de proceder. Es decir, si hablas con personas que no se han olvidado de cuando buscaban trabajo, sin duda te podrán proporcionar buenas ideas que casi con toda seguridad te serán de gran ayuda.

A tener en cuenta

En primer lugar, si estás creando tu red de contactos, debes aprender a ser humilde. Si reconoces tus limitaciones podrás valorar más la ayuda que puedan ofrecerte los demás. De hecho, el principal objetivo a la hora de construir y activar una red de contactos es aprovechar las oportunidades que te ofrecen los conocidos y saber que en un futuro nosotros también podremos ayudar a otras personas. Por otro lado, cuando empecemos a realizar nuestra agenda, deberemos tener en cuenta quién puede entrar en ella y quién no, en función de la ayuda que nos puedan aportar. Los contactos más útiles son aquéllos que nos permitan conocer a otras personas o aquéllos que nos pueden dar más información. En el proceso de búsqueda de empleo, la información más importante que te pueden dar es la relativa a la situación y a los cambios del mercado laboral y a su oferta.

Una vez establecidos los contactos tenemos que acercarnos a ellos. Para esto, el modo más fácil y rápido es el teléfono. Aunque a menudo nos salga un contestador, no debemos desanimarnos y es aconsejable prepararnos previamente el mensaje que vamos a decir para no quedarnos en blanco. Otro consejo fundamental es que este mensaje sea corto. También puede ocurrir que la persona no conteste la llamada. En ese caso, también hay que estar preparado para plantear nuestra petición y evitar, de este modo, olvidarnos de aspectos relevantes. Podemos responder con una frase del tipo: «Buenos días, soy fulanito de tal y nos conocimos en tales circunstancias o a través de tal persona».

Una de las principales premisas que hay que tener en consideración es que si estamos elaborando una red de contactos, cada persona que conocemos nos puede servir para conocer a más individuos. Durante nuestra carrera profesional, unos contactos llegan a ser muy útiles y otros, en cambio, acaban desapareciendo por la falta de uso. Hay que considerar la agenda como un elemento vivo que se va modificando a medida que pasa el tiempo.

Buscar referenciadores

Otra de las ventajas del networking es que podemos convertir nuestra cadena de contactos en personas que den referencias de nosotros, especialmente aquéllas con las cuales tengamos una relación de confianza y conocimiento mutuo. Son muchas las empresas que solicitan referencias sobre los candidatos y a menudo no sabemos a quién acudir. Puedes pedir a tu contacto que escriba una carta para adjuntar con tu currículum; si la persona tiene buenas relaciones con la empresa que tiene el puesto de empleo vacante, seguramente la carta añadirá valor a tu candidatura.

También suele ocurrir con frecuencia que la persona que puede dar referencias tuyas es aquélla que te ha recomendado a la empresa. Si dispones de una red de contactos pero no efectúas ningún control de las acciones que realices, el networking deja de ser efectivo. Por esta razón, es conveniente llevar a cabo un registro muy detallado de todo lo que hagamos en este sentido: las llamadas telefónicas, los correos electrónicos enviados, los encuentros mantenidos y toda la información que consideremos relevante. Además, puede ser que tu contacto te facilite a su vez nuevos contactos, en ese caso se debe anotar quién lo ha hecho y los datos que te ha proporcionado, por si en algún momento te preguntan y no recuerdas cómo conseguiste ese nombre.

Puede formar parte de tu red de contactos toda aquella persona que consideres que pueda facilitarte información útil en el proceso de búsqueda de empleo. En la agenda puedes incluir a compañeros de trabajo, de clase, antiguos jefes y colegas de empleos anteriores, familiares, vecinos, profesores... todos pueden sernos útiles en algún momento y no conviene descartarlos en seguida aunque en un primer momento lo pensemos.

Finalmente, no hay que olvidar que cuando alguien te dé algún buen consejo para conseguir un trabajo, te aporte una información de gran importancia o recibas unas palabras de recomendación, debes mostrar siempre tu agradecimiento.

El lenguaje en la búsqueda de empleo

A la hora de buscar trabajo, es muy importante dedicar un cuidado especial al lenguaje que empleamos ya que éste es un signo inequívoco de nuestra formación. Los responsables de recursos humanos de una empresa son conocedores de esto y, por este motivo, cuando realizan una entrevista de trabajo se fijan en el nivel de expresión del candidato.

Seguramente nunca hasta ahora has sido consciente de que tu vocabulario te puede ayudar o te puede arruinar una entrevista. El lenguaje que utilices proporcionará a la persona que te evalúa una idea de tu nivel de formación que, en algunos casos, te podrá favorecer para acceder al puesto de empleo, sobre todo si se trata de un puesto de directivo o de responsabilidad, aunque te puede servir para todos los niveles. La impresión será más grata cuando además uses un vocabulario especializado relacionado con el ámbito que mejor domines o con el lugar de trabajo que quieras obtener.

Tienes que pensar que aunque utilices un lenguaje diferente al habitual, estás en un contexto profesional, así que la persona que te evalúa va a quedar muy satisfecha por tu manera de expresarte.

Sería importante que, a partir de estos momentos, centraras una parte de tus esfuerzos en interiorizar diversos vocablos nuevos antes de acudir a una entrevista de trabajo. Evidentemente, siempre hay que tener un cierto límite, porque si utilizas una palabra que nadie conoce, causarás justamente una impresión contraria en tu interlocutor que la que estás buscando. Piensa también que debes emplear este vocabulario del modo más natural posible dentro de tu conversación.

Las palabras adecuadas

El vocabulario será uno u otro en función del puesto de trabajo y sector que se quiera alcanzar. Antes de ir a una entrevista, tenemos que seleccionar las palabras que mejor expresen nuestras ganas de conseguir el trabajo, así como la experiencia laboral que tenemos. Tampoco debemos olvidar explicar alguna anécdota que consideremos decisiva para acceder al puesto. Te sugerimos que practiques antes para sentirte más seguro y para que no omitas nada.

Nuestros seleccionadores se fijarán en el modo que tengamos de comunicarnos, cuantas más palabras descriptivas empleemos, menos recurriremos a expresiones como: «hum», «pues», «esto», y disminuirán las probabilidades de que nos quedemos en blanco. Algunos interlocutores consideran algo muy negativo tener a un candidato delante que no encuentre las palabras adecuadas para explicar algo.

Conseguir un léxico rico

Aunque no disponemos de ningún secreto para mejorar tu lenguaje rápidamente, te ofrecemos algunas soluciones que te pueden ayudar. Una de ellas es leer todo lo que puedas sobre tu sector profesional. Este recurso permitirá que vayas incorporando nuevas palabras a tu léxico.

Si asistes a seminarios, cursos y conferencias, no sólo mejorarás tu currículo, sino que, además, podrás aprender nuevo vocabulario. Cuando escuches alguna palabra que desconozcas, apúntatela y búscala en un diccionario para poderla incluir a tu lenguaje habitual. Otro aspecto que te puede ayudar es relacionarte con personas que se expresen bien, seguro que podrás aprender mucho de sus palabras y a pesar de que habitualmente no las uses, te beneficiará aprenderlas.

Algunos expertos señalan que uno de los métodos más eficaces para aprender es la repetición. Aunque pueda resultar monótono, repetir cada palabra nueva 25 veces en voz alta y su definición durante 25 veces más, puede ser muy positivo. Después intenta pensar una frase que contenga dicha palabra y vuelve a repetirla otras 25 veces. Finalmente, habrás incorporado ya el término y lo podrás emplear con facilidad durante una conversación o una entrevista de trabajo.

Encuentra un hueco para las prácticas de trabajo

El estudiante que, una vez finalizados sus estudios, no ha realizado un período de prácticas en alguna empresa, suele ser considerado un «rara avis» por muchas compañías. Porque cada vez son más las oportunidades que se les presentan a los futuros titulados para establecer un primer contacto con lo que supondrá la realidad de su futuro laboral.

El hecho de disfrutar de una beca durante el curso escolar no debe considerarse como una traba en el tiempo que uno dedica habitualmente a estudiar, sino que debe contemplarse como un beneficio en el medio plazo: el que nos aportará cuando tengamos el título bajo el brazo e iniciemos la búsqueda de empleo.

Por este motivo hay que evitar esperar a finalizar los estudios para iniciar la búsqueda de algunas prácticas o becas en empresas que nos permitan adquirir experiencia. Y en el mismo ámbito se pueden incluir las salidas al extranjero para mejorar o perfeccionar un segundo idioma y la preparación de un buen currículo que sirva como carta de presentación ante los departamentos de RR.HH. de las empresas.

Todas estas actividades suelen dejarse para el final de la carrera universitaria, lo cual supone un error por parte del estudiante porque en la mayoría de los casos los seleccionadores exigen que ya se haya pasado por esa fase anteriormente. La experiencia acumulada por personas todavía muy jóvenes suele ser un factor decisivo a la hora de contratarlas, ya que el plazo que dan las organizaciones a los recién titulados para que rindan al cien por cien es cada vez más corto. Lo habitual es que dure de tres a seis meses en una primera fase, y un año en un segundo nivel.

La mejor forma de conseguir un período de prácticas dentro de una empresa es a través de las convocatorias de becas que organizan las propias organizaciones. Éstas suelen ir dirigidas a estudiantes de los últimos cursos, con un perfil muy determinado y con el objetivo de que adquieran cierta soltura dentro de su futuro ámbito de trabajo.

¿Cuándo solicitarlas?

Lo primero que hay que considerar es el momento idóneo para solicitar una beca de este tipo. Obviamente, la mayoría de veces tendremos que circunscribirnos a las condiciones dictadas por la propia convocatoria. Pero si la candidatura es «motu proprio» lo mejor es esperar hasta tercero o cuarto de carrera, o en los últimos años de cualquier otra disciplina de estudios. De esta forma ya hemos asimilado gran parte de los conocimientos teóricos propios de una determinada profesión y comenzaremos a pulirlos con la puesta en práctica (que muchas veces está bastante alejada de lo que cuentan los libros de texto).

El momento del año para solicitarlas también tiene que tenerse en cuenta. Hay empresas que emplean a becarios durante los meses de verano para, de esta manera, suplir las vacaciones de sus trabajadores, y este es el mejor momento para adentrarse en la realidad empresarial. Sin embargo, otras firmas reducen su actividad durante los meses estivales y prefieren contratar becarios el resto del año, cuando tienen más cantidad de trabajo.

Perfil del becario

¿Qué actitudes ha de tener un estudiante para convertirse en becario de una empresa? Cada compañía suele establecer un perfil determinado para las diversas prácticas que ofrece. Pero, en líneas generales, debe tratarse de candidatos con ganas de aprender, con empuje, mucha iniciativa y que demuestren capacidad para encajar dentro de un equipo de trabajo. Entre los requisitos «técnicos» que se tendrán en cuenta destaca el expediente académico, los idiomas que se conocen (sobre todo un buen dominio del inglés), las actividades extra-académicas y el manejo de herramientas informáticas y de internet.

¿Y qué debe buscar el futuro becario en la realización de unas prácticas? Fundamentalmente, la oportunidad de trabajar en un entorno multidisciplinar y multicultural, que le permita adquirir unos conocimientos y una «soltura» propios de su profesión y, en último término, la posible incorporación a dicha empresa como un trabajador más, tras concluir el período de prácticas. De hecho, los becarios suelen entrar a formar parte de la base de datos de las empresas y, cuando surge un puesto de trabajo, acuden a ellos.

Antes de aceptar una beca o contrato de trabajo en prácticas, hay que considerar una serie de puntos que nos permitan sacar el máximo provecho de dicha etapa. Como primer dato importante, las funciones propias del puesto deben contribuir a incrementar los conocimientos del candidato y ser útiles para su futura carrera profesional. Además, el nombre y la categoría de la empresa dentro de su sector es muy importante porque, incluido en el currículo, abrirá las puertas de otras compañías.

Así pues, aunque tengas poco margen de maniobra, debes inscribirte en aquellas convocatorias que más se ajusten a tus estudios o a tus deseos profesionales; y si puedes llevar a cabo tus prácticas en una organización prestigiosa, mejor todavía. Pero, sobre todo, ten paciencia: muy pocas personas encuentran el empleo soñado nada más iniciar su búsqueda.

Gánate el puesto de trabajo desde el principio

La búsqueda de un empleo parece una tarea sencilla pero requiere cierta preparación. Para empezar hay que tener en cuenta que los trabajos que no se anuncian son los que menos candidatos tienen. Por ello hay que intentar localizar este tipo de ofertas. Y la mejor forma de hacerlo es mediante una red de contactos que nos permita estar al tanto de los movimientos de las compañías.

La red de contactos

Es una estrategia bien vista por los seleccionadores, factor del que tienes que beneficiarte. ¿Qué ventajas encuentran las empresas en ella? Que la persona que se les remite está recomendada por alguien de confianza, que se trata de un sistema rápido al no utilizar intermediarios, que se suprimen los costes de publicar un anuncio o contratar a una empresa para que realice el proceso de selección y que la decisión puede tomarse casi en el acto.

Desde tu punto de vista, te beneficias de ofertas de trabajo que nunca se anuncian, tienes grandes posibilidades de adaptarte al puesto ofertado, tienes más oportunidades de conseguir el empleo y directamente estableces un contacto con importantes personas de tu sector, que pueden informarte de las mejores oportunidades.

La mejor manera de crear tu propia red de contactos parte de aprovechar cualquier tipo de relación con la gente que te rodea, pidiéndoles consejo y compartiendo información siempre que puedas. Cuando tengas confianza, entérate de con quién puedes contactar y pide permiso para usar su nombre al establecer el contacto.

Antiguos compañeros de estudios, profesores, tutores, directivos que conozcas, amigos, tus padres y los padres de tus amigos, todos pueden formar parte de tu red de contactos, siempre que conozcan a profesionales del sector al que quieres dedicarte. Lo más importante es decirles que estás buscando trabajo y ver si conocen de alguna empresa en la que busquen a alguien.

Para tener todo bajo control y evitar situaciones embarazosas (como llamar dos veces a la misma persona o no acordarte de quién contesta a tu llamada) conviene que prepares una agenda en la que anotarás todos los datos de tus contactos. Esta información puede serte de utilidad en el futuro, cuando ya estés trabajando.

Directos a las empresas

Si la opción de los contactos no te convence mucho o prefieres no utilizar la ayuda de los demás, puedes buscar un empleo dirigiéndote directamente a las empresas que te interesan. Sin duda, no tendrás dificultad para encontrar diversos listados con las empresas que se mueven en tu sector. Además, puedes leer publicaciones económicas especializadas en tu campo o estar pendiente de las informaciones de las propias compañías referentes a su expansión, el lanzamiento de nuevos proyectos o la apertura de oficinas.

Cuando hayas seleccionado las empresas que más te interesan, tendrás que hacer una buena labor de investigación, para averiguar cuál es la filosofía de la firma o qué buscan en sus nuevas incorporaciones. Las páginas web de las compañías suelen incluir todo este tipo de información.

Por otra parte, no debes olvidar llamar a la empresa para enterarte del nombre de la persona a la que debes enviar tu candidatura. Procura escribir siempre a una persona concreta porque las cartas encabezadas con el tradicional 'Estimados señores', denotarán que no has realizado ningún tipo de investigación previa y que dicha misiva es la misma que has enviado al resto.

Para finalizar con éxito todo este proceso, junto con tu currículo incluirás una carta de presentación, en la que explicarás por qué quieres trabajar para dicha empresa y qué les puedes ofrecer. La investigación que has realizado previamente te servirá para adaptarte a las exigencias de la compañía. Para asegurarte de la llegada de tu candidatura, realiza una llamada telefónica a la persona a la que te dirigías e intenta conseguir una entrevista, ofreciéndole más información en el caso de que la necesitase.

Con mediadores

Otra de las alternativas habituales a la hora de buscar un trabajo es acudir a una empresa que se dedique a ello (consultoras, ETTs, agencias de empleo). Si te decides por esta opción, procura seleccionar la que mejor se adapte a tus necesidades y que te ofrezca buenas expectativas.

Las mejores empresas son las que están especializadas en un campo determinado, por lo que tienes que encontrar la que se mueva en el sector en el que quieres trabajar. Su labor parte de la realización de una entrevista para incluirte en una base de datos. A partir de ahí te recomendarán para aquellos puestos a los que mejor te adaptes en función de tu perfil: formación, aptitudes, experiencia laboral, etcétera.

Por último, un buen consejo es que siempre quedes bien con la empresa y sus clientes, llegando puntual a las entrevistas y preparado para las mismas.

¿Cómo evitar el desempleo?

Si alguien te contara que tiene la fórmula secreta para evitar encontrarse desempleado, es seguro que darías cualquier cosa por hacerte con ella. Aunque no se trate de una fórmula magistral, Nicolás Buisson y Charles Henri Dumon han escrito el libro Los siete secretos de los que nunca están en paro (Gestión 2000). Este útil manual no es un libro de consejos al uso sino que «hace que uno se cuestione a sí mismo una serie de cosas. Según la cantidad de afirmaciones o negativas que obtenga en cada capítulo se planteará si es imprescindible o no en su puesto de trabajo». Así presenta el libro Nicolás Buisson, director de Michael Page.

La obra se dirige a las personas que tienen un trabajo pero que deben plantearse si están a gusto, y a quienes están en paro. «Hemos escrito este libro porque hemos visto que la mayoría de la gente que se encuentra en el paro no se lo esperaba, y se trata de un choque muy fuerte», comenta Nicolás Buisson.

Conocedores del entorno

¿Quiénes son los que nunca están en paro? Se trata de personas que entienden cómo evoluciona su mercado de trabajo y el sector en el cual el trabajo va bien. Para averiguarlo, la persona en cuestión tiene que tomarse un tiempo para analizar su entorno profesional, de forma que valore sus riesgos y oportunidades. Después tendrá que conocerse bien a sí mismo. Las preguntas que se tendrá que realizar en este punto serán del tipo: cómo estoy dentro de esta compañía, mi puesto es útil, podría desaparecer, me llevo bien con mis jefes, cómo valoran mi trabajo, etc. «Puedo estar en una compañía perfecta, en un sector perfecto, pero si mi entorno o mi relación con la gente no es tan buena, mejor me busco otro proyecto.», sostiene Nicolás Buisson.

El concepto «yo S.A.», utilizado por los autores en el libro, permite que cada empleado se configure como una miniempresa que comercializa su valor dentro de la compañía. «Si una persona es pasiva, si piensa que tiene un trabajo que lo hace y punto, que si le dan mucho dinero, dará mucho trabajo y si no le dan dinero no, es justo al revés de como se debe pensar», explica el director general de Michael Page. El pensamiento correcto será: yo voy a facilitar un trabajo, voy a dar energía, y en contrapartida, conseguiré algo de la empresa.

Empleabilidad

No hay que esperar a que la empresa te de la formación y te promocione, sino conseguirlo por uno mismo. ¿Y cómo se consigue? Comunicando a los demás el trabajo que uno está haciendo, pero sin hacer política de sí mismo y sin pisar a los otros. «Ha de tener una red de contactos importante, tanto internamente en la compañía, como externamente. Tiene que estudiar lo que puede aportar y también sus debilidades. Y no parar de «venderse», para que cuando la empresa necesite una persona, que sea el candidato elegido».

Si una empresa produce algo, un producto o servicio pero no se da a conocer, no será viable. Cada uno tendrá que pensar igual en términos de su propia carrera. «Yo tengo una estrategia, tengo un servicio o un producto que vender que son mis manos o mi cabeza o mi fuerza comercial y esto lo tengo que comunicar al mercado, que puede ser interno o externo, de tal forma que pueda verme involucrado en cualquier proyecto interesante que surja».

Aptitudes útiles

Entre ellas encontramos preferir «ser» a «parecer», utilizar nuestra forma de inteligencia, gestionar la contradicción, sustituir la autoridad por el carisma, asentar nuevos poderes, desarrollar la creatividad, anticiparse al cambio, gestionar mejor el tiempo y cuidar la mente.

El tema de la gestión de la contradicción se refiere al hecho de que cada día se pide gente más especialista, «que sepa mucho de un tema en detalle pero que también sea capaz de entender la globalidad de una compañía». Aquí tiene gran importancia el reciclaje continuo de los conocimientos. Como afirma Nicolás Buisson, «hay que dedicar tiempo a abrirse los ojos sobre otros sectores de actividad».

Por otra parte, hay un capítulo dedicado a la adaptación de la estrategia a adoptar en función de la edad de la persona. Así, los autores distinguen entre tres periodos: los 25 años, de los 30 a los 40 años y a partir de los 40. «Lo que le decimos a la gente de 25 años es que se tomen el tiempo de pensar realmente lo que quieren hacer, ya sea venta, gestión, arte, etc.». Aquí no deben verse influidos ni por los padres ni por el entorno social. Al contrario, deben tener el coraje suficiente para plantarse y afirmar que ése es el área concreta en la que quieren desarrollarse.

El siguiente periodo, de los 30 a los 40 años, se corresponde con trabajadores que ya están instalados en una rama concreta, en la cual son muy productivos. Un poco más tarde, a partir de los 40 años, todo puede ser un poco más complicado. «Es un momento para replantearse, quizás, un cambio de carrera. Por ejemplo, si estaba en una multinacional, quizás sea hora de pasar a una pyme». Esto está muy relacionado con una nueva forma de trabajo que va a aparecer en los próximos años: el ‘free-lance’ o consultor externo.

Cómo superar una prueba psicotécnica para un trabajo

Cuando nos encontramos en proceso de búsqueda de empleo es normal que nos veamos obligados a realizar distintas pruebas según el puesto al que optemos. Una de las más temidas y desconocidas son los tests psicotécnicos. Son habitualmente utilizados por los equipos de recursos humanos para perfiles técnicos o para puestos públicos.

Natalia Murillo es la responsable del departamento de salidas y carreras profesionales de la escuela IDE-CESEM, y en su artículo Tests psicotécnicos: un carnet de identidad profesional analiza las mejores pautas para superar la selección. Desde IDE-CESEM explican que las clasificaciones de los tests psicotécnicos varían en función de su finalidad.

Tests de aptitudes

Los tests de aptitudes intentan indagar sobre las capacidades intelectuales de la persona, como la inteligencia general, la memoria, la percepción o la atención. También se estudian en este tipo de exámenes otros aspectos «más específicos de la inteligencia, como la aptitud verbal, aptitud numérica, capacidad de abstracción, orientación espacial...», según las características del puesto al que se opta, explica la responsable de salidas profesionales.

¿Pero a qué nos referimos cuando hablamos de aptitud verbal? «Es la capacidad para comprender y expresar conceptos a través de palabras, tanto en modo oral como escrito». Para medirlo se utilizan distintas pruebas: definiciones, uso de sinónimos o antónimos, analogías, comprensión verbal, frases desordenadas...

Otro de los puntos a los que se refiere la autora es la aptitud numérica. Ésta hace referencia «a la capacidad para comprender relaciones numéricas con rapidez y precisión, razonar y manejar hábilmente los números». Son ejercicios que establecen sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, fracciones, potencias, raíces, ecuaciones...

Dentro de los tests de aptitudes también nos encontramos la llamada orientación espacial. La experta Natalia Murillo la define como «la capacidad para imaginar relaciones espaciales en el espacio y tiempo». Son aquellos ejercicios en los que se nos cuestiona sobre la diferencia de formas, volúmenes, distancias o la representación de figuras y objetos en varias dimensiones. La verdadera medida de la orientación espacial se calcula a través de pruebas como la rotación de figuras, la construcción de modelos, etc.

Por último, en este bloque la autora hace referencia al razonamiento abstracto. «Es la capacidad de observación y organización lógica, de manera que se puedan extraer conclusiones a partir de unos datos concretos, utilizando la lógica deductiva», asegura Murillo. Para medir esta capacidad del aspirante se utilizan series de figuras, analogías, matrices, dominós, naipes, etc.

Tests de personalidad

El segundo modelo al que se alude son los test de personalidad, «cuestionarios mediante los cuales se busca evaluar los rasgos de personalidad del candidato, lo que permitirá deducir su adaptabilidad al puesto de trabajo ofertado».

En las respuestas se busca que el candidato elija entre dos polos, que suelen ser muy tajantes y opuestos. Con ello se busca que el aspirante defina su perfil de una forma más aproximada. Generalmente se trata de cuestionarios con tres opciones de respuesta: los dos polos y una tercera respuesta para indecisos.

Las instrucciones que se dan cuando se administran este tipo de tests es evitar, en lo posible, marcar la opción de indecisión, porque puede dar una mala imagen, de persona poco decidida. «Se intenta obligar al candidato a decantarse por una de las dos opciones ya que, aunque se sabe que es muy difícil encontrar personas tan radicales, es una forma de evaluar la tendencia real y potencial de la personalidad del candidato de cara a poder realizar una comparación con los requerimientos del puesto». Ahora bien, también existen cuestionarios dicotómicos, con sólo dos opciones de respuesta, en los que se obliga al candidato a elegir una opción.

Quien haya realizado en alguna ocasión este tipo de tests se habrá encontrado con la sensación de que las preguntas se repiten. «Nada más lejos de la realidad», afirman desde IDE-CESEM. La explicación estriba en que para medir un rasgo de la personalidad se utilizan distintos ítems, que sumados dan como resultado esa parte de la personalidad del individuo. «La razón de que haya preguntas muy parecidas enunciadas de distinta manera no es para descubrir los aspectos más insondables y vergonzosos de las personas, sino porque todas son conductas medibles que definen el riesgo».

Para acabar, los expertos apuntan una última clasificación: la de los tests de conocimientos específicos. «Son pruebas que están dirigidas a evaluar un aspecto concreto». Las distintas empresas los elaboran a medida en función de los requerimientos del puesto y suelen ser de idiomas o de informática.

La universidad te ayuda a buscar empleo

Tal vez en estos momentos eres uno de los miles de alumnos que se encuentran estudiando en alguna universidad española, probablemente en pleno período de exámenes. Está claro que lo primero es centrarte en la carrera que estás realizando, pero a buen seguro te interesará conocer los cursos que pueden servirte para completar tu formación académica o contar con orientación para acceder a unas prácticas en una empresa, o bien a tu primera experiencia en el mundo laboral.

Pues bien, los centros de orientación, información y empleo (COIE) pueden ayudarte a conseguir esta información de interés para tu futuro. En algunas comunidades autónomas se denominan servicios de bolsa de trabajo, carreras profesionales u oficinas de orientación e inserción laboral.

Ésta es la versión española de los llamados Placement Office, centros constituidos en diversas universidades de los Estados Unidos a finales de los años 60 con el objetivo de acercar el mundo laboral a los universitarios. El primer COIE de nuestro país se creó en 1977 en la Universidad Politécnica de Madrid (www.upm.es), como una delegación del Inem para los estudiantes, pero a éste le siguieron sus homónimos en el resto de centros públicos del Estado. De esta forma, en la actualidad puedes encontrar un centro de orientación, información y empleo en todas aquellas universidades que reciben ayudas de la Administración.


Servicios que ofrece

Con el paso de los años, el COIE ha ido evolucionando y ha adaptado sus servicios a las demandas del mercado laboral empresarial. Y es que no son las mismas necesidades las de los alumnos del año 1977 que las de los estudiantes del siglo XXI.

Entre los servicios ofrecidos por el COIE encontrarás diversos cursos de especialización y postgrado, becas, prácticas en empresas, orientación profesional, cursos de técnicas de empleo e información general sobre la preparación de currículos, cartas de presentación, entrevistas... Según el centro de tu universidad, estas prestaciones se amplían con la publicación de guías y revistas o folletos informativos.

Prácticas demandadas

Margarita Barrio, directora del COIE de la Complutense de Madrid (www.ucm.es), explica que «las prácticas a empresas es el servicio más demandado por los alumnos que se dirigen a nosotros, así como el de información y orientación». Por este motivo, en este centro en concreto dividen su actuación en dos grupos: para alumnos de primer ciclo y para estudiantes en los últimos cursos de la carrera que pueden acceder a prácticas o a su inserción laboral.

«En estos momentos estamos trabajando en colaboración con unas 4.000 empresas españolas», asegura Margarita Barrio. Empresas con las que realizan la intermediación para la contratación de becarios o nuevos empleados. Esta cifra se une a los más de 5.000 currículos que gestionan en la base de datos del COIE.

Para acceder a esta bolsa de estudios hay que inscribirse previamente a la base de datos de la entidad, para lo que suele exigirse entregar el expediente académico, una fotografía de carné y un currículo actualizado. Cuando estemos registrados tendremos acceso a las ofertas que se ajusten a nuestro perfil y a los siguientes servicios:

Autoconsulta. Libre acceso a información a través de pantallas de consulta directa. Incluye material bibliográfico y documental.

Orientación. Asesoramiento profesional para estudiantes y titulados que necesiten ayuda en su inserción laboral. Son sesiones individuales o en grupos sobre las fuentes de información y los recursos, perfiles de los puestos de trabajo y formas de acceso.

Preselección y prácticas. El centro actúa como intermediario entre las empresas y los estudiantes para atender la demanda específica de profesionales. Gracias a acuerdos de colaboración, promueve la experiencia práctica de los alumnos universitarios.

Cursos de formación. El COIE también ofrece formación ocupacional para titulados desempleados.

Proyectos. Estos centros hacen estudios del mercado laboral para conocer la situación de los distintos perfiles y adecuarse al mercado actual.

Encontrar empleo

Seguro que si te paras a pensar puedes recordar a un buen número de personas que han encontrado trabajo a través de amigos, familiares o conocidos. Quizá tú mismo hayas accedido al puesto de trabajo que ocupas actualmente gracias a alguien de tu entorno. Esa trama de contactos conforma tu red social y, según afirman los expertos, es uno de los medios más eficaces para encontrar empleo.

El estudio Redes sociales y mercado laboral, publicado recientemente por el Centro de Investigación en Economía Internacional (CREI) de la Universitat Pompeu Fabra y la Generalitat de Cataluña, así lo confirma. De acuerdo con dicho estudio, llevado a cabo por el profesor de investigación ICREA de la Universitat Autònoma de Barcelona, Antoni Calvó-Armengol, los lazos de amistad pueden reducir la tasa de paro en más de un tercio.

¿De qué depende que la red funcione mejor o peor a la hora de acercarnos al empleo? Hay muchos factores que intervienen en su efectividad, entre ellos, la cantidad de personas que la integran y la calidad de la información que pueden ofrecer. En principio, cuánto mayor sea el número de contactos mayores serán la posibilidades de acceder a un empleo, pero esta generalización debe matizarse.

Hay personas que tienen una red formada por muchos miembros, pero si el grupo es cerrado, si no se relaciona con otros grupos, las posibilidades quedan limitadas. Antoni Calvó-Armengol describe los vínculos de los grupos cerrados como vínculos fuertes, frente a los vínculos débiles que son los que conectan la red social directa de una persona con otras redes. En cuanto a la calidad de la red, tal como indica Antoni Calvo-Armengol, «depende de aspectos como la historia laboral del grupo y la homogeneidad de quienes lo integran: dónde viven, cuál es su origen social, si han cursado o no el mismo tipo de estudios, etcétera.».

No hay que olvidar tampoco cómo está la red en el momento en el que la necesitamos. Si todos sus miembros o la mayor parte de ellos trabajan la efectividad es alta, si se encuentran en paro, es muy baja. Asimismo, cuanto mayor sea el período de tiempo que la persona permanece desempleada mayores son sus dificultades para reincorporarse al mercado laboral. «Los parados de larga duración lo tienen difícil para encontrar de nuevo un empleo porque su círculo social se reduce cuando precisamente lo que esas personas necesitan es una red fuerte», explica el profesor de la Autónoma.

Cómo mover contactos eficazmente

Las redes sociales pueden ser muy efectivas a la hora de buscar y encontrar trabajo, pero para que funcionen realmente hay que activarlas. ¿Qué pasos conviene dar? «Lo primero es identificar a tus contactos, personales y profesionales, y confeccionar una lista inicial», asegura Yolanda Pórtoles, gerente de la consultora de RR.HH. Uniconsult en Cataluña. «No te has de limitar a la familia y los amigos, has de incluir a cualquiera que creas que estaría dispuesto a hablar de ti, y ahí entran familiares y amigos, pero también personas con las que te relacionas actualmente en tu entorno profesional y personas a las que has conocido en etapas laborales anteriores. También has de incluir a antiguos compañeros de estudios y a personas que conoces a través de tus aficiones y de las organizaciones y asociaciones a las que perteneces. Es como si lanzaras una piedra al agua, el lugar donde cae es el de tu con acto, pero lo importante son los círculos que se dibujan alrededor».

Una vez confeccionada la lista conviene iniciar una ronda de llamadas telefónicas y concretar un mensaje. «Resulta más eficaz decir exactamente lo que necesitas que generalizar», asegura Natalia Prósper, directora del Grupo BLC en Barcelona. Pero luego hay que conseguir que te atiendan. Si tienes una relación muy próxima con la persona entonces no hay problema, en caso contrario existen varias fórmulas que facilitan el acceso al contacto. Una de ellas consiste en destacar de entrada el vínculo de unión con la otra persona y pedirle su opinión. Se pueden utilizar mensajes como éste: «No nos conocemos, pero soy compañero tuyo de la asociación o la entidad (que corresponda) y me gustaría que pudiéramos vernos, pues estoy interesado en optar a un trabajo relacionado con la actividad que llevas a cabo y quisiera conocer tu experiencia». El tono debe ser amable y hay que respetar la disponibilidad del contacto.

Si la persona acepta recibirte, prepara bien la entrevista: déjale tu CV, detállale el tipo de trabajo que te interesa -cuanto más concretes mejor-; háblale de tu experiencia laboral, de tus logros, tu formación y tus cualidades y habilidades. Pero sobre todo pregúntale acerca del sector, de cómo localizar fuentes de empleo; de empresas y personas a las que conozca que puedan estar interesadas en un profesional como tú y de qué aspectos de tu currículum podrías mejorar para tener más oportunidades. Habla con tu interlocutor de todo esto ciñéndote al tiempo de que dispone para atenderte y una vez acabe la conversación prepara una ficha con un resumen de lo que habéis tratado.

El paso siguiente consiste en llevar a cabo un seguimiento de las acciones realizadas. «Esto es muy importante», asegura Natalia Prósper, «has de anotar con quién has hablado, a quién has de volver a llamar... y, sobre todo, has de mantener informados a tus contactos de cómo te va y darles las gracias por haberte atendido y por la información que te han facilitado».

Josep Maria Mató, presidente ejecutivo de Factor Placement Recursos Humanos, insiste en que «la red de contactos es una fuente de información para todos los que forman parte de ella, y, más allá de ser útil para encontrar trabajo, también lo es para hacer clientes, establecer acuerdos de colaboración, etcétera. Mantenerla requiere realizar un esfuerzo constante, pero merece la pena».



Tienes más contactos de los que crees

Algunos profesionales están convencidos de que su red de contactos es muy pequeña y creen que no les va a ser útil a la hora de encontrar empleo. Están equivocados. Los expertos coinciden en que, de media, cada uno de nosotros tiene entre cinco y quince contactos directos que si se activan bien y permiten llegar a otros círculos de personas pueden sumar hasta un centenar. Si uno activa bien su red y hace un seguimiento continuo puede encontrar empleo en un período de entre tres y seis meses, aunque no se puede generalizar y el tiempo depende de muchos factores: nivel de exigencia de la persona en el puesto a ocupar, perfil profesional, nivel de la demanda en el mercado para la profesión del candidato, etcétera.

Busca empleo en varios canales

Aunque está demostrado que las redes de conocidos son el medio más eficaz para encontrar trabajo, en ningún caso hay que olvidar otras fuentes, como la prensa o internet.

«Los contactos no han de ser el único canal para buscar empleo porque uno no sabe nunca por donde va a llegar su oportunidad,ha de ser un complemento al resto de vías, siempre has de activar varios canales», aconseja Yolanda Pórtoles, gerente de la consultora de RR.HH. Uniconsult en Cataluña.

La prensa especializada, los portales de empleo, las bolsas de trabajo de los centros donde se han cursado estudios y los programas de empleo de la administración y de otras instituciones son algunas de las fuentes a las que hay que acudir siempre.


Las empresas salen beneficiadas

La selección de nuevos empleados a través de los conocidos que tiene el personal en plantilla aporta muchos beneficios a las empresas. Es barato y ofrece bastantes garantías.

No sólo quienes buscan empleo pueden lograrlo a través de su red de contactos, las empresas que desean incorporar personal también utilizan redes, pero en su caso las de los trabajadores de la propia compañía. Este sistema es conocido en los países anglosajones como «referral hiring». Algunas empresas incluso premian económicamente a los empleados que aportan candidatos. El único inconveniente es que dentro del proceso de selección pueden quedarse fuera candidatos muy válidos, pues sólo optan a las vacantes los que han sido recomendados, ya que la oferta no se hace pública.

¿Has pensado en trabajar en el extranjero?

Mejorar para ser más competitivos. Aprender un idioma y vivir directamente en contacto con otra cultura. La posibilidad de viajar a otro país para aprender un segundo idioma es una opción en alza para los estudiantes de nuestro país. En concreto, unos 100.000 españoles, un 60 por ciento menores de edad, viajaron en 2005 fuera de España para aprender o mejorar sus conocimientos en otras lenguas, principalmente durante los meses de julio y agosto, según la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce).

La lengua inglesa sigue la primera elección para la mayoría (un 90 por ciento de los casos) y el Reino Unido e Irlanda siguen siendo los principales destinos, seguidos de Estados Unidos. Eso sí, poco a poco se erigen nuevos destinos como Australia, Nueva Zelanda y Malta. Estos datos fueron presentados por Aseproce en una rueda de prensa donde se hizo una radiografía del sector. Además, la Asociación expuso que el volumen global de negocio de este sector se estima en unos 400 millones de euros anuales, de los que algo más de 280 millones corresponden a las organizaciones integradas en Aseproce.

El mercado de cursos de idiomas en el extranjero viene experimentando un ligero descenso anual debido, principalmente, a las consecuencias del envejecimiento de la población española provocado por el descenso de la natalidad que se registra desde hace años. Esta progresiva escasez se ve compensada por el aumento de familias que deciden enviar a sus hijos a estudiar idiomas al extranjero, conscientes de la importancia de mejorar su nivel formativo ya que hasta el 90 por ciento de las ofertas exigen el dominio del inglés.

Prácticas en Europa

Europa representa un buen destino para todos aquellos que quieran iniciar unas prácticas fuera de España. Nuestra pertenencia a la Unión Europea (UE), pone al alcance decualquier interesado el proyecto Leonardo da Vinci, dirigido a la formación profesional en todos los niveles. Uno de sus objetivos principales es la movilidad, es decir, favorece la realización de prácticas profesionales en empresas que están situadas en los países participantes.

Los recién titulados universitarios (hasta dos años después de que hayan terminado la carrera) y los estudiantes de los últimos cursos son sus destinatarios. Las becas tendrán una duración mediade seis meses, con un mínimo de tres y un máximo de 12 meses. Estas ayudas ofrecen: manutención (540 euros al mes); viaje de ida y vuelta; y seguro de accidentes, responsabilidad civil y asistencia en viaje. Las Becas Faro se dirigen a estudiantes universitarios de los últimos años de carrera. Otra posibilidad es contactar con empresas aquí en España que te proporcionen una oportunidad laboral en otros estados.

Trabajar como extranjero

Como ciudadanos comunitarios, los españoles podemos trabajar en cualquier Estado miembro de la Unión Europea (UE) y, además, en las mismas condiciones que los nacionales. No se nos exige obtener el visado de trabajo; con el carnet de identidad o pasaporte es suficiente. En cuanto al permiso de residencia, no lo necesitamos para períodos inferiores a tres meses. Cuando el tiempo sea mayor, habrá que solicitarlo. El que nos concedan será válido durante un año como máximo. Así que, en caso de que la estancia se prolongue, será preciso pedir un permiso de residencia que tiene validez durante cinco años.

Si lo que queremos es trabajar en un país que no forma parte de la UE (por ejemplo, en Australia, Estados Unidos o Canadá) deberemos obtener un visado. Es conveniente hacerlo antes de reservar y pagar el vuelo. Para trabajar en Estados Unidos, salvo excepciones puntuales, hay que solicitar el visado J1 trainee o J1 Employ, dependiendo de si el trabajo va a ser remunerado o no.

Estos permisos no puede obtenerlos un particular; se ha de gestionar a través de una empresa o una organización. Se te facilita un formulario donde debes responder dónde vas a dormir el primer día, cuándo tienes pensado regresar, etc.

Lo que debes hacer en todos los casos

Dejarse aconsejar por los profesionales y consultar varias opciones antes de contratar un curso o estancia en el extranjero.
Saber bien tanto lo que incluye el programa como lo que no incluye, así como las condiciones en que se va a desarrollar el mismo.

Es recomendable que se nos especifique claramente el número y la duración exacta de las clases que se van a recibir. No es lo mismo una hora de clase que una clase de 40 minutos.

Si se opta por el régimen de familia, conviene informarse sobre la modalidad de alojamiento: pensión completa o media pensión, habitación individual o compartida, etc.

Cuando el destino sea una residencia, deberán especificarnos sus características: situación, comunicaciones, régimen y horario de comidas, etc.
Contratar un seguro que cubra posibles gastos médicos, pérdida de equipajes, retrasos en vuelo o responsabilidad civil.

Exigir toda la información por escrito, para poder reclamar, si llegara el caso. En este sentido, la información de folletos publicitarios tiene valor contractual: obliga a la organización.

La interesante opción Au Pair

Si te gustan los niños, la profesión de Au Pair ha estado tradicionalmente vinculada al trabajo en el extranjero. Esta ha sido siempre la actividad elegida por muchas chicas que, al tiempo que cuidan de uno o varios niños, realizan una inmersión total en la familia de acogida, siendo éste uno de los mejores métodos para aprender un idioma.

Aunque siempre ha estado asociada a las mujeres, es una opción que también está abierta para ellos. ¿Cuáles son los requisitos que suelen exigirse? Tener entre 18 y 30 años, contar con un conocimiento mínimo del idioma y se valora el tener alguna experiencia con niños, aunque no es imprescindible. Además, se prefiere que los aspirantes sean no fumadores y tengan carnet de conducir.

Este empleo suele tener una duración de entre seis meses y un año, aunque se reduce cuando se trata de los meses de verano. El alojamiento se realiza en la misma casa en la que se están cuidando los niños, en una habitación independiente. Éste, junto con la manutención, son gratuitos. La jornada laboral no suele superar las cinco horas al día y hay un mínimo de un día libre a la semana. La familia es la encargada de remunerar a la Au Pair, con un dinero de bolsillo que, en líneas generales, no es una cantidad muy alta.

Hostelería, una apuesta segura

La hostelería es una de las opciones que los españoles siempre han tenido en mente a la hora de buscar trabajo fuera de España. La necesidad de personal en los establecimientos hoteleros, aunque no tan acuciante como hace unos años, sigue siendo considerable. Muchas agencias españolas están especializadas en conseguir este tipo de puestos.

El nivel de idioma que se posea va a ser decisivo para emplearse en uno u otro puesto. Los que lo tengan bueno podrán optar por trabajos cara al público, ya sea en un restaurante, una cafetería o un bar. En el caso de que no se domine el idioma, las alternativas se dirigen más hacia trabajos en la cocina o haciendo camas en un hotel. En estos trabajos, la jornada suele ser de unas 40 horas semanales, partidas y con dos días libres a la semana. La remuneración suele rondar los 600 euros y el alojamiento, en el caso de los hoteles, se tiene en el mismo establecimiento, en habitaciones dobles o triples.

La alternativa del campo

Desde hace años hay españoles que se trasladan a Francia, Bélgica e incluso a Holanda para trabajar en campañas de vendimia. Son los temporeros. Lo hacen por un período de tres o cuatro semanas y en pleno verano o primavera, todo depende de lo que vayan a recolectar. Las condiciones laborales de estos trabajadores nada tienen que ver con las de antes. Ahora, todo el que marcha al campo extranjero lo hace con un contrato a toda regla y cubierto por todas las prestaciones sociales y laborales del país.

Los temporeros trabajan unas 35 horas semanales y el salario depende de su categoría profesional. Nunca la paga es inferior al Salario Mínimo Interprofesional y algunos países tienen en cuenta las situaciones familiares. El año pasado las personas que trabajaron en los campos franceses unos 18 días y tenían dos hijos tuvieron derecho a prestaciones de 112,59 euros. Por otro lado, a los que contaban con cuatro vástagos se les pagó 401,08 euros.

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